Capítulo I:

Claudia, estaba observándose en el espejo, haciendo muecas, cuando de pronto, sonó el  timbre. Tan fuertemente sonó, que del ruido del mismo, se sobresaltó, girándose rápidamente para dejar lo que estaba haciendo y salir de su dormitorio. Sin más,se dispuso a abrir la puerta, no sin antes mirar en la mirilla no fuese que fueran sus amigos del club de la Biblioteca, los llamados: "Los lectores nocturnos", grupo al que ella pertenecía y que misteriosamente, era la única chica que se encontraba dentro de ese club perteneciente a "chicos" y solamente "chicos", algo que ella, de momento, no quería acordarse de eso.No,no quería. Entró por obligación de su padre Steve, gran empresario americano y fundador de varias empresas hoteleras, que solo deseaba el bienestar de su hija aunque estuviese lejos de ella.Pero no, no eran ellos para darle discursos de lecturas recomendadas, ni para realizar sesiones de las mismas durante seis largas horas eternas, horas sin levantarse de las sillas.
Algo bastante tedioso, pero a su vez, bello por el tiempo que dedica a la lectura, y por supuesto no lo cambiaría nunca.No eran ellos y menos iban a acudir un sábado por la tarde !claro!. Eran sus dos amigas de siempre:  Máxima y Catalina.Tenían la misma edad que ella, diecinueve años respectivamente, se llevaban estupendamente bien las tres, pese a que muchas veces se peleaban por cosas sin importancia como temas de ropa,cine y un largo historial de etcéteras... No obstante nada fuera de lo común. Examinó,por la mirilla de la puerta y aunque estaba exhausta de trabajar durante toda la semana en la floristería de su tío Tommy, la verdad es que no le apetecía mucho abrir, ya que se supone que está descansando los sábados y los domingos. Por nada,se permitiría salir a la calle, pero que les iba a hacer, no le quedaba otra opción.
¡No es justo...!, se repetía una y otra vez suspirando, a la vez que cambiaba su rostro fatigoso y lleno de ojeras, por la cara de absoluta felicidad.¡Y al cuerno los días malos...!, pensó mientras abría la puerta.¡ Hola Claudia! . Exclamaron con alegría mientras, ella, les cedía el paso para que entrasen. ¡Que pasa Claudia, que no abrías mujer...!, ¿ Te encuentras bien, Claudia? no tienes buena cara, preguntaron las dos a la vez con un halo de misterio en sus miradas. - Ese trabajo tuyo es un tormento para ti, ¡allá tu!, ya sabes lo que te hemos dicho, búscate un  curro más eficiente y que tenga menos horas, pero nada...decía Máxima muy preocupada mientras caminaba hacía el amplio y bonito salón decorado con muchas figuras de porcelana,flores y fotografías familiares.
Más defecto, las dos amigas tomaban asiento, en los respectivos sofás azul klein y acomodándose a los mismos, mientras parloteaban, Claudia  suspirando y suspirando con cara de no haber dormido,rápidamente dejó nuevamente la cara agotada de sueño por cara fortalecida y llena de alegría. Cerró la puerta para disponerse a tomar asiento con las chicas y escucharlas. A veces, eran insoportables hablando de cotilleos que ni a ella misma le interesaban en absoluto, pero ponían oído por si le preguntaban algo referido al tema en concreto.Tenía  que aguantarlas. -¡Bueno, chicas !...¿ que tal va todo?, pregunta disimulando en su interior sin interés alguno ya que a posteriori sabía perfectamente que les iba bien en todo, pero... Tenía que entrar en conversación, debido a que en muchas ocasiones piensan mal, muy mal.
-¡Bien Claudia! Pero...es que ya ni sales, ni nada,no te vemos por ahí ni sabemos nada de ti,ni contestas los mensajes de móvil, ¡ vamos...! nada de nada, dijo Catalina regañándola melosamente ,intentando que Claudia le diesen a ella y a Máxima una muy buena explicación. Claudia,intentaba desviar su atención examinando las fotografías familiares que tenía en las paredes pero aún así..., Catalina.
-¿Qué es lo que pasa Claudia?,¿Es que ya no confías en nosotras?, le pregunta Máxima alzando su voz desesperadamente pidiéndole explicaciones, explicaciones que no le quedó más remedio que explicar. Con gesto de agotamiento y cansancio, Claudia, las observó y escuchó las preguntas que le realizaba Catalina y sin más remedio tuvo que hablar, aunque deseaba que se fueran para echarse una cabezadita y no despertar nunca .
 Pero no habló. Miraba en un punto fijo hacia las cortinas, dormida en sueños, con los ojos llenos de ojeras de no haber pegado ojo en toda la noche, pero aún así miraba a las chicas con cara de pocas alegrías...
-¿Estás oyendo, lo que estamos diciendo, Claudia?-Pregunta Máxima con cierta extrañeza mirando con sumisa atención a Claudia que no muestra interés hacia ellas y encima no contesta
-¿Claudia?,¿Hola?,¿Que te pasa, mujer? -le preguntan muy preocupadas y asustadas tomándola de las manos, que estaban muy frías.
-¡Nada...!,lo siento, es que últimamente llevo unas semanas de trabajo horribles, son tantas horas, tantas madrugadas, tantas..., -decía , mientras miraba angustiada hacia ellas y  con gesto de arrepentimiento por no haberlas escuchado hablar.
-Sabemos que estás muy cansada de trabajar Claudia, y nosotras estamos aquí para lo que necesites, si hace falta te ayudaremos en la floristería de tu tío Tommy , ¡si el quiere claro...!. Le dijo Máxima con tanta franqueza que hizo que Claudia derramara lágrimas de emoción.
-Gracias por vuestra preocupación, chicas, y por estar ahí, algo que yo realmente no he sabido valorar y os pido, que me disculpéis, siento mucho no haber sido capaz de de ser una buena amiga . Lo siento,de verdad chicas ... lo siento muchísimo... Se disculpó tristemente levantándose del sofá y aproximándose hacia ellas, poniéndose de rodillas junto a ellas buscando consuelo .
-¡Claudia...!, no hace falta que te pongas así, te comprendemos, -le decían las dos mientras se levantaban a la vez del sofá e inclinaban a Claudia para que se levantara del suelo y se pusiese de pie, se dieron un enorme abrazo que hizo que el rostro de Claudia se transformara. Tanto Máxima como yo, sabemos que estás excesivamente cansada de trabajar muchas horas durante toda la semana y por ello hemos venido aquí, no solamente para saber como estas, tanto así que Cata y yo queremos que te vengas esta tarde con nosotras al nuevo Burguer que han abierto en el pueblo y así sales un rato y te distraes...-le decía con cariño Máxima sin dejar de abrazarla con fuerza, demostrándole que le importa mucho y que las tres unidas son como hermanas.
-No se...,-¡ es verdad que estoy agotada, son tantas cosas, tantas horas y vosotras sabéis más que nada que me implico mucho en el trabajo para pagarme las clases de escritura chicas...!, pero ..., hoy es sábado y no me apetece nada salir, solo dormir, dormir ..., lo siento..., decía con tristeza a pesar que verdaderamente le apetecía y le parecía un plan de lo más divertido, pasar la tarde juntas como antaño cuando quedaban después del instituto para ir al cine o tomar refrescos juntas y cotilleando sobre los temas más importantes del día.






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