Capitulo 1.7
Leo,
no se lo pensó dos veces, nada más ver a Catalina que levantó su
mano para pedir la cuenta, se dio demasiada prisa para ir a la mesa
de Tarta de Queso y aprovechar al máximo la presencia de Claudia y
si pudiese también hablar con ella. Claudia estaba ausente por
momentos, sus amigas parloteaban y no dejaban de observar con
determinación a Leo que estaba desesperado por llegar a la mesa y
aprovechar la presencia de Claudia ya que no sabía si era la última
vez que la vería. Trajo consigo la bandejita con el ticket de la
comida y el precio final de los mismos. Claudia se percató de que
Leo había llegado a la mesa. Lo miró tímidamente a sus ojos. Ojos
profundamente marrones que dejaban claramente
la
intensidad fuertemente de su mirada. Las chicas aportaron sus
billetes menos Claudia que estaba cabizbaja debido a que le daba
demasiada vergüenza no aportar nada ni una simple moneda y también
se sentía demasiado observada por ese Leo. El chico se llevo todo el
dinero para ponerlo en caja sin dejar de extrañarse el porque
Claudia no había puesto ningún duro en la comida y ayudar así
mismo a sus amigas. Máxima y Catalina, se levantaron de sus
respectivos asientos para ir las dos juntas al servicio
mientras,Claudia se iba levantando de su asiento, Leo aprovechó que
estaba absolutamente sola para hablar con ella. Se acercó y
pronunció sin miedo:
-Hola
Claudia..., no nos conocemos personalmente pero nunca te he visto por
el pueblo, ¿eres acaso de afuera?, le pregunta culpándose de lo que
le había formulado inconscientemente.- No, soy del pueblo pero mis
orígenes son franceses por parte de madre pero de padre no, el es de
aquí.- dijo mirándole bobada a sus ojos marrones tan intensos que
creía que mientras le formulaba la pregunta a la vez, le
hipnotizaba. Era bello. Bello. El ambiente que había surgido entre
los dos estaba terminando tan rápido como empezó, desgraciadamente
por la llegada tan repentina de las chicas. Leo deseaba hacerle más
preguntas a Claudia, conocerla, saber de ella. Le empezaba a gustar
increíblemente,a pesar de que la estaba conociendo ese mismo día.
Las chicas tuvieron que irse despidiéndose del camarero que las
había atendido, Leo era un poco avergonzado por el trato de las
chicas, pero agradeció enormemente que hubiesen valorado su esfuerzo
a lo largo de la tarde, algo que nunca había recibido de las gentes
que pasaban a comer, ni tan siquiera de su jefe. La vio marcharse con
sus dos amigas tan bellas y alegres como habían entrado al principio
al local. No sabía si la volvería a ver, pero sentía y deseaba con
gran fervor e intensidad tenerla cercar. Lo deseaba. Había misterio
en su actitud, en su mirada...
Claudia,
salió del local algo rara en si. Tenía la sensación de haber hecho
algo malo. Pero sentía que no era así. Ese chico tenía algo que le
llamaba la atención pero no sabía el que...Dudosa y muy
pensativa,estuvo toda la tarde.
Nada
mas salir del Burguer, las tres fueron a tomar un café a la
cafetería que había a unos cuantos pasos de la hamburguesería.
Estuvieron juntas en la cafetería hasta las once y diez de la noche,
hora bastante tarde para Claudia, que tenía que trabajar al día
siguiente en la floristería el domingo con su tío, y por tanto, con
tristeza, se despidió de ellas prometiéndoles otra salida que
organizaría ella e invitaría a las dos, agradeciéndoles
enormemente lo que habían hecho por ella esa tarde. Máxima y
Catalina abrazaron con mucho cariño a Claudia. Se despidieron de
nuevo, y cada una por separado se fueron con gran tristeza a sus
casas. Máxima tenía un vuelo para Ecuador a las dos de la tarde al
día siguiente y Catalina iba de reunión con sus padres y el
vecindario y su padre era el alcalde del pueblo, tenía que tener a
toda su familia consigo para la votación de los próximos colores de
la bandera del pueblo.
Claudia
estaba en pijama, sentada en su cama a oscuras observando hacia la
ventana sin pensar con la mente en blanco. No sabía el que pero
pensaba. Se acostó finalmente muerta de sueño, no sin antes poner
el despertador a las seis de la mañana, para ir a trabajar un rato
el domingo y volver a la una a casa y descansar lo que quedaba del
domingo.
Entraba
bastante aire en su habitación. Se dio cuenta de que el día estaba
llegando y miro su reloj y faltaba poco para las seis. Tenía que
levantarse con ganas aunque no era su intención para nada trabajar
pero era una obligación si quería costearse sus clases de
escritura. Era duro pero no le quedaba otra opción que hacerlo así.
Pensativa por lo de anoche, no podía quitarse a Leo dela cabeza y no
lo conocía de nada , en absoluto solo del Burguer, nada más. Tomo,
un pequeño sorbo de capuccino recién preparado y temblando se lo
tomó a sorbos pequeñísimos. Daba vueltas por toda la cocina
pensando en Leo pensamiento tras pensamiento no sabía pero no dejaba
de pensar en el. Era una sensación rara , ni tan siquiera le gustaba
, era todo raro.
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