Capítulo I: 1.3

-¡Esta bien chicas...!, pronuncia con alegría e ilusión. -Iré con vosotras y así mismo salgo de esta casa tan grande y tan vacía a la vez,  que no me llena como persona ni me trae alegrías, solo es oscuridad por todas partes, aunque eso si,  me cobija todas las noches, eso le agradezco, pero bueno... Esperadme un momento,  solo un poco, para arreglarme y ya nos vamos. ( se fue corriendo del salón, esbozando una sonrisa muy traviesa). Las chicas se quedaron estupefactas al verla tan feliz y entusiasmada con  la idea de salir. Estaban felices, muy felices. Pasaron aproximadamente quince minutos, casi interminables para las chicas que esperaban desesperadamente a Claudia, hasta que ella salió de su habitación. Máxima y Cata, muy ansiosas y nerviosas como si de una boda se tratase, vieron como Claudia salía  de su habitación tan guapa y tan bella que se miraron fijamente las dos preguntándose unas cuantas veces quien era la chica de antes con la que estaban conversando hasta hace unos quince minutos. Claudia estaba realmente preciosa. Las chicas sorprendidas, por el cambio tan repentino que dio, en tan solo unos minutos, se fijaron que era otra persona distinta y no solo por el estilismo tan country de vaqueros ajustados y camiseta de cuadros rojos y azules, además de las botas que llevaba tan estilosas que se había puesto para salir, al contrario de todo eso, era diferente en si,no era la chica de dieciséis años que siempre llevaba ropa deportiva y vestía como si fuese un chico por miedo a que se mostrase sus curvas. Miedo que siempre ha tenido pero que con el paso del tiempo y de las experiencias de la vida se ha dado cuenta, de que se tiene que aceptar tal y como es, gustarse y finalmente quererse. Espectacular y sencilla. Su rostro, se había transformado por completo, sus ojos verdes estaba maquillados con colores suaves en tonos celestes, sus labios que antes no tenían pizca de color, ahora lucían en tono rojo pasión muy destacable en su piel blanca. En su mirada se reflejaba paz y serenidad. Sus amigas asombradas por el cambio callaban, hasta que rompieron su silencio enternecedor y pensativo cuando Claudia les comentó:
-Cuando queráis nos vamos, chicas... dijo mirándolas fijamente extrañada por que no habían dicho nada, algo que le sorprendía de ellas que tanto comentan de los estilismos y combinaciones excesivamente desde que eran  pequeñas. Pero sorprendida se quedó  cuando Máxima comentó:
-Estas... perfecta, no se como, pero me he quedado anonadada al verte salir de tu habitación y como te has transformado. Hacía tiempo que no te veía tan guapa y radiante y ¡que figura..., y que envidia...!, comentó riéndose y abrazando a su amiga, mientras Catalina riéndose también, abrazaba seguidamente a las dos. Las tres se separaron instantáneamente  para coger cada una sus bolsos y marcharse de la casa. Salieron de la casa. Claudia agradeció el cumplido de Máxima con un beso en la mejilla y riéndose las tres comenzaron a caminar despacio, sin prisas ya que el Burguer estaba cerca de casa. Claudi escuchaba lo que comentaban las chicas de los últimos chismes que acontecían por el pueblo, chismes que se hablaban durante las semanas, que contaban las gentes que se aburrían, que no eran felices. En tanto, recordaban las tres como fue el día en que se conocieron. Algo traumatizador para Máxima y aventurero para Catalina y Claudia.
- Máxima se había quedado encerrada en el cuarto de limpiezas del colegio...- decía Catalina,mirando a la protagonista de la historia que estaba muy avergonzada y riéndose para disimular..., luego, yo y Claudi te escuchamos. Gritabas pidiendo auxilio, nosotras como locas fuimos a abrirte pero la puerta de tan vieja que era se había trancado por completo y era muy difícil de abrir y ¡claro!...- decía convencida. -nosotras no teníamos tanta fuerza éramos simplemente unas niñas de diez años. Pero fuimos fuertes, mientras llorabas desconsoladamente, nosotras intentábamos dando patadas a la puerta, abrirla, pero no fue suficiente. Entonces llamamos al chico de mantenimiento, por cierto ¡que guapo era!, ¿que habrá sido de él...?- se preguntó Catalina interrumpiendo la historia que estaba contando. -Sigue contando Cata que te despistas mucho... le reprochó Claudia mirándola fijamente. -Vale... dijo suspirando pensando nuevamente en el chico de mantenimiento.- Cuando llamamos al chico de la limpieza, nos ayudó a abrir la puerta. Los tres estábamos tan nerviosos y asustados que al fin y deseperadamente conseguimos abrir esa puerta horrible y fea. Te vimos sentada y con la cara muy roja de llorar y sudando mucho pero...¿Sabes que fue lo mejor de todo Máxima?, preguntó, mirándola fijamente a los ojos y parándose en seco en el camino de repente: - Lo mejor fue conocerte por que Claudia y yo no te conocíamos de nada, no sabíamos quien eras pero todo lo que pasó fue por algo y aunque no lo creas Claudi y yo te queremos mucho y estamos aquí, contigo, para siempre. Para eso estamos, juntas y unidas y por supuesto que nada ni nadie nos separe.
-Gracias chicas... murmuró con timidez Máxima y nuevamente abrazándolas hasta que sin querer escucharon  música que provenía del Burguer. Habían llegado.






Comentarios

  1. Samanta, por fin me pongo al día contigo... me parece muy linda presentación de la amistad tan entrañable de estas chicas. Sigue así que me está gustando mucho, ok? Estoy segura de que tienes muchos planes para estas tres jóvenes y estoy deseando leerte. Un beso guapa

    ResponderEliminar
  2. Muchas Gracias Anele. La historia seguirá entre las chicas y futuros personajes. Intentare colgar trozos de la historia todos los días y me alegra de que te guste mucho. Gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Capitulo 1.7

Capítulo 1.5

Capítulo 1.6